Mito 1: Sólo Usamos el 10% de Nuestros Cerebros
Cada vez que aquellos quienes
estudiamos el cerebro y damos conferencias públicas, una de las preguntas más
probable de encontrar es: “¿Es cierto que sólo usamos el 10% de nuestro
cerebro?” La mirada de decepción que suele seguir cuando respondemos: “Lo siento,
me temo que no”, sugiere que el mito del 10% es una de esas triviales
esperanzas que se niegan a morir, porque sería muy agradable si fueran ciertas.
En un estudio, cuando se preguntó ”¿Qué porcentaje de la capacidad cerebral
potencial cree usted que la mayoría de la gente usa?” una tercera parte de los
psicólogos respondieron “10%”. Cabe
destacar que una encuesta reveló que hasta el 6% de los neurocientíficos están
de acuerdo con esta afirmación! La
industria de la psicología popular ha jugado un papel importante en mantener
este mito vivo. Por ejemplo, en su libro, “Cómo ser el doble de inteligente”,
Scott Witt escribió que ”Si eres como la mayoría de la gente, que está
utilizando sólo el diez por ciento de su capital intelectual”
Hay varias razones para dudar de que el 90% de
nuestro cerebro se encuentra en silencio. Con tan sólo un 2-3% del peso de
nuestro cuerpo, nuestro cerebro consume más del 20% del oxígeno que respiramos.
Es poco probable que la evolución hubiese permitido el despilfarro de los
recursos en una escala necesaria para construir y mantener un órgano tan
masivamente subutilizado. Por otra parte, perdiendo mucho menos del 90% del
cerebro en un accidente o una enfermedad, casi siempre tiene consecuencias
catastróficas. Asimismo, la estimulación
eléctrica de los sitios en el cerebro durante una neurocirugía no ha
descubierto ninguna ”zona silenciada”.
¿Cómo surgió el mito del 10%? Una pista nos
conduce alrededor de un siglo atrás, al psicólogo William James,
quien una vez escribió que dudaba de que las personas llegaran a usar más del
10% de su potencial intelectual. Aunque James habló en términos de “potencial
subdesarrollado”, una serie de gurús del pensamiento positivo transformaron el
”10% de nuestra capacidad” en ”un 10% de nuestro cerebro”.
Por otra parte, al considerar a un gran porcentaje del cerebro humano como
“corteza silenciada”, los primeros investigadores pueden haber fomentado la
impresión equivocada de lo que los científicos ahora llaman ”corteza de
asociación” (que es de vital importancia para el lenguaje y el pensamiento
abstracto) no tenía ninguna función. En una forma similar, los primeros
investigadores no sabían lo que el 90% del cerebro hacia, lo cual probablemente
reforzó el mito de que no hace nada. Por último, aunque es frecuente oír las
afirmaciones de que Albert Einstein explicó su propio brillo por la referencia
al mito del 10%, no hay evidencia de que alguna vez pronunció esa declaración.
Mito 2: Es Mejor Expresar la Ira que Mantenerla
Si eres como la mayoría de la gente,
usted cree que la liberación de la ira es más saludable que guardarla. En una
encuesta, el 66% de los estudiantes esta de acuerdo en que expresar la ira
acumulada - a veces llamada ”catarsis” - es un medio eficaz para reducir el
riesgo de agresión. Una gran cantidad de películas
avivan la idea de que podemos dominar nuestra ira por ”desahogación” o “
sacándola de nuestro pecho”. En la película del 2003, “Locos
de ira” (Anger Management), después de que el héroe dócil (Adam
Sandler) es acusado falsamente de” rabia aérea ”en un vuelo, un juez le ordena
asistir a un grupo de control de la gestionado por el Dr. Buddy Rydell (Jack
Nicholson). A sugerencia de Rydell, el carácter de Sandler es
el de alguien que juega “balón prisionero” (Dodgeball) con los escolares y
lanza los palos de golf. El Dr. Rydell se hace eco de los consejos de muchos
autores de libros de autoayuda. John Lee sugirió que en lugar de ”mantenerse en
una ira venenosa,” es mejor ”golpear una almohada o un saco de boxeo”.
Algunas psicoterapias alentan a los clientes a gritar o lanzar bolas
contra las paredes cuando estén enojados. Los defensores
de la ”terapia de grito primal ” (primal scream therap) creen que los adultos
con problemas psicológicos deben liberar el dolor emocional producido por un
trauma infantil a través de una descarga, a menudo gritando por la parte
superior de su pulmones.
Sin embargo, más de 40 años de investigación
revelan que expresar la ira directamente hacia otra persona o indirectamente
hacia un objeto, se convierte en realidad en tensión agresiva.
En un estudio inicial, las personas que golpeaban las uñas después de que
alguien los insultó, fueron más críticos con esa persona.
Por otra parte, practicar deportes agresivos como el fútbol resulta en el
aumento de la agresión, y jugar con videojuegos
violentos como Manhunt, en el que los participantes califican los asesinatos
sangrientos en una escala de 5 puntos, esta asociado con mayor agresividad.
La investigación sugiere que la expresión de la ira es útil sólo cuando es
acompañado por la resolución de problemas constructivos diseñados para hacer
frente a la fuente de ira. ¿Por qué es este mito
tan popular? Con toda probabilidad, la gente a menudo atribuye erróneamente el
hecho de que se sienten mejor después de expresar su catarsis de enojo, y no al
hecho de que la ira suele remitir por sí misma después de un tiempo .
Mito 3: Una Baja Autoestima es una Causa Importante de Problemas Psicológicos
Muchos psicólogos populares han
sostenido durante mucho tiempo que una baja autoestima es el culpable principal
en la generación de conductas no saludables, incluyendo la violencia,
depresión, ansiedad y alcoholismo. Desde el libro de 1952 de Norman Vincent
Peale (“El Poder del Pensamiento Positivo”), en adelante, los
libros de autoayuda proclamando las virtudes de la autoestima se han convertido
en artículos regulares de las librerías. En su best-seller, “Los Seis Pilares de la Autoestima”, Nathaniel Branden
insistió en que uno ”no puede pensar en un problema psicológico único – desde
la ansiedad y la depresión, al temor a la intimidad o al éxito, a la agresión
conyugal o el abuso de menores - que es no atribuible al problema de la baja
auto-estima”.
El movimiento de la “autoestima” ha encontrado su
camino en las principales prácticas educativas. Algunas ligas deportivas
adjudican trofeos a todos los escolares para evitar que los competidores que
pierden se sientan inferiores. Una de las escuelas
primarias de California prohíbe que los niños jueguen a las pilladas (la
mancha) porque “los niños no se sentían bien en ello”.
Por otra parte, Internet está lleno de productos educativos destinados a
impulsar la autoestima de los niños. Un libro, Self-Esteem Games,
contiene 300 actividades para ayudar a los niños a sentirse bien consigo
mismos, tal como la repetida afirmación positiva que los destaca como “únicos.
Pero hay una “mosca en la sopa”: Las
investigaciones demuestran que la baja autoestima no está fuertemente asociada
a una mala salud mental. En una revisión exhaustiva, Roy Baumeister y sus
colegas revisaron más de 15.000 estudios que relacionan la autoestima a casi
todas las variables psicológicas imaginables. Ellos encontraron que la
autoestima esta mínimamente relacionada con el éxito interpersonal, y no
siempre relacionada con el abuso de alcohol o drogas. Además, descubrieron que,
si bien la autoestima se asocia positivamente con el rendimiento escolar, un
mejor rendimiento en la escuela parece contribuir a una alta autoestima y no al
revés. Tal vez lo más sorprendente de todo, encontraron que ”la baja autoestima
no es ni necesaria ni suficiente para la depresión”.
Mito 4: La Memoria Humana Funciona Como
una Cámara de Vídeo
A pesar de los fallos todo-obvios de la
memoria cotidiana, las encuestas muestran que muchas personas creen que su
memoria funciona muy parecida a los aparatos de vídeo. Alrededor del 36% de
nosotros cree que nuestros cerebros conservan registros perfectos de todo lo
que hemos vivido. En una encuesta de estudiantes,
el 27% estaba de acuerdo en que la memoria funciona como una cinta de vídeo.
Incluso muchos psicoterapeutas están de acuerdo en que los recuerdos se fijan
más o menos en forma permanente en la memoria.
Es cierto que a menudo recordamos acontecimientos
muy emotivos, a veces llamados “ flashbulb memories”, ya que parecen
tener calidad de fotografía. Sin embargo, las
investigaciones muestran que incluso estos recuerdos se marchitan con el tiempo
y son propensos a tener distorsiones .
Considere un ejemplo del estudio de Ulric Neisser y Nicole Harsch, respecto a
los recuerdos sobre la desintegración del Transbordador Espacial Challenger.
Un estudiante de la Emory University da la primera descripción 24 horas después
del desastre, y la segunda versión la da dos años y medio más tarde.
- Descripción 1. ”Yo estaba en clase de religión cuando un grupo de personas entro al aula y empezaron a hablar acerca de ello [el incidente]. Yo no conocía los detalles, excepto que el transbordador había estallado y que todos los alumnos de la maestra habían podido ver como sucedía, lo que me pareció muy triste. Luego, al terminar la clase, fui a mi habitación y seguí por televisión un programa hablaba de lo sucedido y fue así como me entere de los detalles del hecho. ”
- Descripción 2. ”La primera vez que oí hablar de la explosión del Challenger, yo estaba en el dormitorio de estudiante de primer año, y estaba viendo la televisión con mi compañero de cuarto. Pasaron un flash informativo y los dos estábamos totalmente conmocionados. La noticia me afecto profundamente. Subí a la habitación de arriba a para comentarla con un amigo mío y luego llamé a mis padres. ”
Es evidente que existen discrepancias notables
entre las dos memorias. Neisser y Harsch encontraron que alrededor de un tercio
de los informes de los estudiantes contienen grandes diferencias entre los dos
puntos de tiempo. Del mismo modo, Heike Schmolck y sus colegas compararon la
capacidad de los participantes a recordar la absolución de 1995, del
ex-estrella de fútbol americano OJ Simpson, 3 días después del veredicto, y
después de varios meses27. Después de 32 meses, 40% de los reportes de
memoria contenian ”grandes distorsiones”.
Hoy en día, hay un amplio consenso entre los
psicólogos acerca de que la memoria no es reproductiva - no reproduce
exactamente lo que hemos experimentado -, sino reconstructiva. Lo que
recordamos es a menudo una mezcla borrosa de recuerdos precisos e imprecisos,
mezclados junto con nuestras creencias y presentimientos. De hecho, los investigadores
han creado recuerdos de hechos que nunca ocurrieron. En el ”estudio del centro
comercial”, Elizabeth Loftus creó un falso recuerdo en Chris, un muchacho de 14
años. Loftus pidió al hermano mayor de Chris, que le hablase del falso recuerdo
de haberse perdido en un centro comercial a los 5 años de edad, e instruyó a
Chris anotar todo lo que recordaba. Inicialmente, Chris informó muy poco sobre
el falso evento, pero durante un período de dos semanas, construyó una memoria
detallada sobre ello28. Una avalancha de estudios similares
seguientes, muestran que entre 18% a 37% de los participantes, los
investigadores pueden implantarles falsos recuerdos de eventos, como graves
ataques de animales, derribando una ponchera en una boda, atrapándose los dedos
en una ratonera cuando eran niños, siendo testido de una posesión demoníaca, y
viajando en un globo de aire caliente con la familia.
Mito 5:
La Hipnosis es un Estado Único de Trance, que Difiere del Estado de Vigilia
Películas populares y libros retratan
el estado de trance hipnótico como tan poderoso que hasta la gente normal
comete asesinato (El mensajero del miedo); suicidio (The Garden Murders);
percibe sólo la belleza interior de una persona (Amor ciego),
y (nuestro favorito) son víctimas de lavado de cerebro por predicadores aliens
que utilizan mensajes incrustados en los sermones (La
invasión de los predicadores del Espacio). Datos de encuestas muestran que
la opinión pública resuena con estas representaciones de los medios: el 77% de
los estudiantes universitarios hizo suya la afirmación de que “la hipnosis
es un estado alterado de conciencia, muy diferente de la conciencia normal en
vigilia“, y el 44% esta de acuerdo en que “una persona profundamente
hipnotizada es como un robot y realiza de forma automática cualquier sugerencia
del hipnotizador“.
Pero la investigación muestra que las personas
hipnotizadas pueden resistir e incluso se oponen a sugerencias hipnóticas, y no
hacen cosas que están fuera de lugar, como lastimar a la gente que les
desagrada. Además, la hipnosis no tiene más que una
semejanza superficial con el sueño: los estudios revelan que las ondas
cerebrales de las personas hipnotizadas, están considerablemente despiertas. Es
más, los individuos pueden ser tan sensibles a las sugerencias entregadas al
momento de hacer ejercicio en una bicicleta estática, así como siguen
sugerencias para dormir y relajarse. En el
laboratorio, podemos reproducir todos los fenómenos que la gente común asocia
con la hipnosis (como las alucinaciones e insensibilidad al dolor) solamente
usando sugerencias, sin mencionar la hipnosis. La evidencia de un trance único
de hipnosis requeriría marcadores fisiológicos de respuestas de los sujetos a
las sugerencias para introducir un trance. Sin embargo, no hay evidencia
consistente de que esto haya surgido.
La hipnosis parece ser un procedimiento de entre
muchos para aumentar la sensibilidad de las personas a las sugerencias.
Mito 6: La Prueba del Polígrafo es un Medio Preciso de Detección de Mentiras
¿Alguna vez has dicho una mentira? Si
respondiste ”no”, estás mintiendo. Los estudiantes universitarios admiten haber
mentido en aproximadamente uno de cada tres interacciones sociales, y las personas
en general de la comunidad, alrededor de una de cada cinco interacciones.
No es sorprendente que los investigadores hallan buscado durante mucho tiempo
medios infalibles de detección de mentiras. En la década de 1920, el psicólogo William
Moulton Marston inventó el primer olígrafo, o
también llamado ”detector de mentiras”, que mide la presión arterial sistólica
para detectar engaños. Más tarde, creó una de las primeras superhéroes
femeninas de dibujos animados, la Mujer Maravilla, que podía obligar a los
villanos a decir la verdad atrapándolos en un lazo mágico. Para Marston, el
polígrafo era el equivalente del milagroso lazo de la Mujer Maravilla: un
detector infalible de la verdad.
Un polígrafo mide la actividad fisiológica - como
conductancia de la piel, presión arterial y la respiración - en un gráfico de
funcionamiento continúo. Contrariamente a la impresión transmitida en películas
como “La
familia de mi novia”, la máquina no es una solución rápida para decir
si alguien está mintiendo, aunque el deseo del público acerca de tal solución,
es casi seguro que contribuye a la popularidad del polígrafo. En una encuesta a
los estudiantes de introducción a la psicología, el 45% creía que el polígrafo
”puede identificar con precisión los intentos de engaño”.
Sin embargo, la interpretación de un gráfico de polígrafo es muy difícil.
Para empezar, hay grandes diferencias entre las
personas en sus niveles de actividad fisiológica. Un examinado honesto que
tiende a sudar mucho, erróneamente podría aparecer como engañoso, mientras que
un alumno que tiende a sudar muy poco, podría erróneamente parecer honesto.
Además, como señaló David Lykken, no hay evidencia de una respuesta “tipo
Pinocho”, como una reacción emocional o
fisiológica que únicamente indique engaño. Si un
gráfico del polígrafo muestra más actividad fisiológica cuando el examinado
responde preguntas sobre un delito, que en preguntas irrelevantes, a lo sumo
esta diferencia nos dice que el alumno estaba más nervioso en esos momentos.
Sin embargo, esta diferencia podría deberse a la culpabilidad real, indignación
o el “shock” al ser injustamente acusado, o la constatación de que una de las
respuestas a las preguntas sobre el crimen podría conducirle a ser despedido,
multado, o encarcelado. Por lo tanto, las pruebas
del polígrafo sufren una alta tasa de “falsos positivos” - gente inocente a
quien la prueba considera culpable. Como
consecuencia, el ”detector de mentiras” esta mal nombrado: Es realmente un
detector de estimulación. Por el contrario,
algunas personas que son culpables, podrían no experimentar ansiedad cuando
dicen mentiras. Por ejemplo, los psicópatas son notoriamente inmunes al miedo y
pueden ser capaces de ”superar” la prueba en situaciones de alta presión,
aunque la evidencia de la investigación para esta posibilidad, sea variada.
Si él siguiera vivo, William Moulton Marston
podría llevarse una decepción al saber que los investigadores aún tienen que
desarrollar el equivalente psicológico al “milagroso lazo mágico de la Mujer”.
Al menos durante el futuro previsible, la promesa de un detector de mentiras
perfecto sigue siendo parte de la fantasía del cómic.
Mito 7: Los Polos Opuestos se Atraen
Por el contrario, la investigación sugiere que
Hendrix ha conseguido sus mitos, precisamente al revés. Cuando se trata de las
relaciones interpersonales, los opuestos no se atraen. Decenas de estudios
demuestran que las personas con rasgos de personalidad similares son más
propensas a ser atraídas y pasar el tiempo entre sí, que las personas con
rasgos de personalidad distintas. Por ejemplo, las personas con un estilo de
personalidad tipo A, que son difíciles de manejar, competitivos, y conscientes
del tiempo, prefieren salir con compañeros que tengan un tipo de personalidad A.
La similitud en los rasgos de personalidad no sólo predicen la atracción inicial,
sino que la estabilidad conyugal y la felicidad.
La similitud en los rasgos de personalidad sobre la escrupulosidad, parece ser
especialmente importante para la satisfacción matrimonial.
Así que si usted es una persona irremediablemente sucia, tendrá mas éxito
encontrando a alguien que no sea un maniático del orden. La conclusión de “lo
semejante atrae lo semejante“ se extiende también a nuestras actitudes y
valores. Mientras más actitudes similares de alguien (por ejemplo, puntos de
vista político) en nosotros, más nos suele gustar esa persona.
Mito 8: Las Personas con Esquizofrenia Tienen Múltiples Personalidades
Un error frecuente es que la
esquizofrenia es lo mismo que la ”doble personalidad” o un “trastorno de
personalidad múltiple”. En una calcomanía popular, por ejemplo, dice: ”Fui
esquizofrénico una vez, pero estamos mejor ahora“. El concepto erróneo de
la esquizofrenia/personalidad múltiple está muy extendida. En una
encuesta, el 77% de los estudiantes de introducción a la psicología estaban de
acuerdo en que ”un esquizofrénico es alguien con una personalidad dividida“.
La película de comedia del 2000, “Irene,
Yo, y mi otro yo”, protagonizada por Jim Carrey, muestra a un hombre que
supuestamente sufre de esquizofrenia. Sin embargo, en realidad sufre de doble
personalidad, con una personalidad que es madura y otra agresiva.
De hecho, la esquizofrenia difiere en gran medida
del diagnóstico de trastorno de identidad disociativo (TID), antes llamado
“trastorno de personalidad múltiple”. A diferencia de las personas con
esquizofrenia, las personas con DID supuestamente albergan dos o más “alters”
-personalidades o estados de personalidad - dentro de ellos, al mismo tiempo.
La novela de 1886 de Robert Louis Stevenson, “El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde”, es
probablemente el ejemplo más conocido de personalidad múltiple en la literatura
popular. No obstante, muchos psicólogos encuentran que la afirmación de que los
pacientes con TID poseen personalidades distintas y completamente formadas, es
dudosa. Es mucho más probable que estos pacientes
estén mostrando diferentes, pero exagerados, aspectos de una personalidad
única.
El mito de la esquizofrenia-TID
probablemente se deriva en parte de la confusión de la terminología. El psiquiatra
suizo Eugen
Bleuler, acuñó el término ”esquizofrenia“, que significa ”mente
dividida“, en el siglo 20, y muchos escritores ya tempranamente
malinterpretaron la definición de Bleuler. Por esquizofrenia, Bleuler se
refiere a la gente que sufre de una “división” dentro y entre sus funciones
psicológicas, especialmente la emoción y el pensamiento.
Para la mayoría de nosotros, lo que sentimos y pensamos en un momento
corresponde a lo que sentimos y pensamos al momento siguiente. Sin embargo, en
el trastorno psicótico grave de la esquizofrenia, estos vínculos se rompen.
Como Bleuler observó, las personas con esquizofrenia no albergan más de una
personalidad; sino que poseen una personalidad única que se ha dañado.
Lamentablemente, muchas personas en el público
general no aprecian el hecho de que la esquizofrenia es a menudo una condición
profundamente discapacitante asociada con un mayor riesgo de suicidio,
depresión clínica, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias, desempleo y
falta de vivienda. Como Irving Gottesman señaló, ”el mal uso cotidiano de
los términos esquizofrenia o esquizofrénico para referirse a la política
exterior de los Estados Unidos, el mercado de valores, o cualquier
disconformidad ante una expectativa, produce una injusticia a la enormidad de
problemas de salud pública y el profundo sufrimiento asociado con el trastorno
más enigmático de la mente humana “.
Mito 9: La Luna Llena Causa Crímenes y Locura
Una vez cada 29,53 días en promedio, se produce un evento de importancia astronómica más bien trivial. Sin embargo, según algunos autores, es un acontecimiento de significación psicológica enorme. ¿Qué es? La luna llena. Durante décadas, los autores han relacionado la luna llena a una serie de fenómenos: comportamientos extraños, ingresos en hospitales psiquiátricos, suicidios, accidentes de tránsito, delitos, consumo excesivo de alcohol, mordeduras de perro, nacimientos, crisis en las salas de emergencia, violencia en los jugadores de hockey… la lista sigue y sigue.
La palabra ”lunático” deriva del término latino “luna”.
Las leyendas de hombres lobo y vampiros, criaturas aterradoras que
supuestamente salían a menudo durante las lunas llenas, se remontan al menos a
los antiguos griegos, y fueron muy populares en Europa durante gran parte la
edad media. En el siglo 19 en Inglaterra, algunos
abogados utilizaban la defensa de ”no culpable por razones de luna llena”
para absolver a clientes por crímenes cometidos durante las lunas llenas.
Incluso hoy en día, la idea de que la luna llena
está ligada a sucesos extraños – el “Efecto lunar“ o ”Efecto
Transilvania” - está profundamente arraigada en la cultura popular. Un
estudio reveló que hasta un 81% de los profesionales de la salud mental creen
en el efecto de la Luna y un estudio de
enfermeras demostró que el 69% cree que las lunas llenas se asocian al aumento
de ingreso de pacientes. En 2007, Brighton,
Inglaterra, instituyó una política para poner más agentes de policía en la
jurisdicción durante las noches de luna llena.
El psiquiatra Arnold Lieber popularizó la idea de
una correlación entre la luna llena y el comportamiento.
Para Lieber, el efecto lunar proviene sobre todo del hecho de que el cuerpo
humano esta formado por cuatro/quintas partes de agua. Debido a que la luna
afecta a las mareas del planeta, es posible que la luna también afecte al
cerebro, que es, después de todo, parte del cuerpo. Sin embargo, como señaló el
astrónomo George Abell, un mosquito sentado en tu brazo ejercería una
fuerza gravitatoria más poderosa en tu cuerpo, de lo que haría la luna.
Además, las mareas de la luna no están influidas por su fase - es decir, cuánto
de ella es visible en la tierra- sino por su distancia desde la tierra.
De hecho, durante una ”luna nueva”, la fase en la que la luna es invisible para
nosotros en la tierra, ejerce tanta influencia gravitatoria como lo hace
durante la “luna llena”.
En 1985, dos psicólogos revisaron todas las
pruebas de investigación disponibles sobre el efecto lunar, y no encontraron
evidencia alguna de que la luna llena este relacionada a algo -crímenes,
suicidios, problemas psiquiátricos, ingresos en hospitales psiquiátricos, o
llamadas a los centros de emergencia. Más tarde
los investigadores examinaron si la luna llena está vinculada a los suicidios,
ingresos hospitalarios psiquiátricos, mordeduras
de perros, o vi a urgencias,
y terminaron con las manos vacías.
Lo que los psicólogos llaman “falacia
del sesgo” (Fallacy of positive) podría ayudar a explicar la
popularidad de la persistencia de la creencia en el efecto lunar. Cuando un
evento confirma nuestras corazonadas, tendemos a tomar nota especial de ello y
recordarlo. Por el contrario, cuando un evento
invalida nuestras intuiciones previas, tendemos a ignorarlo o reinterpretarlo.
Por lo tanto, cuando hay luna llena y algo fuera de lo común, por ejemplo, un
aumento de los ingresos en el hospital psiquiátrico local, ocurriendo, es
probable que lo recordemos y le contemos a otros acerca de ello. Por el
contrario, cuando hay luna llena y nada raro pasa, por lo general lo pasamos
por alto o lo descartamos. En un estudio, enfermeras de un hospital psiquiátrico
que creían en el efecto lunar, escribían más notas sobre el comportamiento de
los pacientes extraños durante la luna llena, que las enfermeras que no creían
en tal efecto. Las enfermeras tomaban mas en
cuenta a los eventos que confirmaban sus corazonadas, y a su vez, probablemente
reforzaban más esas premoniciones.
Mito 10: Una Gran Proporción de Delincuentes Exitosos Utilizan la Defensa por Demencia
Después de dar un discurso en la
mañana del 30 de marzo de 1981, el presidente Ronald Reagan
salió del hotel Hilton de Washington. Segundos más tarde, se oyeron seis
disparos. Uno de ellos alcanzó a un agente del servicio secreto, uno le llegó a
un policía, otro impacto a James Brady, secretario de prensa del presidente, y
otro le llego al mismo Presidente. El presunto asesino era un hombre delirante
de 26 años llamado John Hinckley, quien se había enamorado a distancia de la
actriz Jodie Foster y se convenció de que al matar el Presidente podría hacer
corresponder sus sentimientos por ella. En 1982, tras un juicio con un duelo de
expertos en psiquiatría, el jurado encontró a Hinckley no culpable por razones
de demencia. La decisión del jurado provocó una gran indignación pública;
una encuesta de la ABC News, reveló que el 76% de los estadounidenses se
opusieron a la sentencia.
Las encuestas muestran que la mayoría de los
estadounidenses creen que los delincuentes suelen utilizar la defensa por
locura como una excusa para escapar del castigo. Un estudio reveló que la
persona promedio considera que la defensa por demencia se utiliza en el 37% de
los casos de delitos graves, y que esta defensa es exitosa el 44% del tiempo.
Esta encuesta también demostró que la gente promedio cree que el 26% de los
absueltos por locura son puestos en libertad, y que estos absueltos sólo pasan
unos 22 meses en un hospital psiquiátrico tras su juicio.
Muchos políticos comparten estas percepciones. Un estudio reveló que los
políticos en Wyoming creen que el 21% de los criminales acusados habían
utilizado la defensa por locura, y que tuvieron éxito el 40% del tiempo.
En 1973, el presidente Richard Nixon hizo de la abolición a la defensa por
demencia, la pieza central de su esfuerzo para combatir la delincuencia.
Sin embargo, estas percepciones de la defensa por
locura son muy imprecisas. Los datos indican que esta defensa se levanta en
menos del 1% de los juicios penales y que tiene éxito sólo un 25% de las veces.
Por ejemplo, en el estado de Wyoming, entre 1970 y 1972, un gran total de 1 (!)
criminal acusado tuvo éxito declarando demencia. Los miembros del público en
general también sobreestiman la cantidad de los exonerados por locura que son
puestos en libertad; la verdadera proporción es de sólo un 15%. Por otra parte,
el absuelto por demencia promedio gasta entre 32 y 33 meses en un hospital
psiquiátrico, tiempo considerablemente más largo que las estimaciones del
público. De hecho, los delincuentes absueltos sobre la base de un veredicto de
demencia, suelen pasar por lo menos tanto tiempo en una institución (como un
hospital psiquiátrico) como los criminales condenados.
¿Cómo surgen estas percepciones erróneas sobre la
defensa por demencia? Los estadounidenses vivimos cada vez más en una “cultura
de corte de justicia“. Entre Court TV, CSI, Ley & Orden, y Nancy
Grace, estamos continuamente inundados con información sobre el sistema legal.
Sin embargo, esta información puede ser engañosa, porque los medios de
comunicación dedican mucha más cobertura a los casos legales en los que la
defensa por demencia es exitosa (al igual que Hinckley) que aquellos casos en
los que no es exitosa. Como suele ser el caso, el
mejor antídoto para la mala percepción pública, es la información exacta. Lynn
y Lauren McCutcheon encontraron que un breve informe basado en los hechos de la
defensa por demencia, en comparación con un programa de noticias sobre la
delincuencia utilizando esta defensa, produjo una disminución significativa la
percepción errónea de los estudiantes en relación con este tipo de defensa.
Estos resultados nos dan motivos de esperanza, ya que que sugiere que puede
tomar sólo un poco de información para luchar contra la desinformación.
Todos podemos ser engañados por “psicomitología”,
en gran parte debido a que muchas ideas erróneas populares encajan con nuestras
corazonadas intuitivas. Como consecuencia de ello, debemos recurrir al
razonamiento científico, que es un conjunto de garantías en contra de la
tendencia a confirmar nuestras creencias iniciales, para así evaluar si las
afirmaciones de la industria de la psicología popular pasan el examen.
La buena noticia es que examinando continuamente y cuestionando las
declaraciones populares en psicología con el pensamiento científico y la
evidencia científica, podemos llegar a una mejor comprensión de nuestro mundo
mental y tomar mejores decisiones en la vida diaria.
En
1993, el físico Gordon Shaw y la psicóloga Frances Rauscher, de la Universidad
de California Irvine, estudiaron el efecto que tenía escuchar los 10 primeros
minutos de la Sonata para dos Pianos en Re Mayor de Wolfgang Amadeus Mozart en
una treintena de estudiantes.Observaron que, después de la escucha, los
alumnos mejoraban en los tests de capacidad de razonamiento espacial y acabaron
estableciendo una relación positiva entre música e inteligencia que el tiempo y
los medios de comunicación han acabado convirtiendo en negocio.Diecisiete años después, un equipo de
investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Viena desmonta
la teoría en la publicación norteamericana Intelligence. El efecto Mozart no
existe. Escuchar música clásica no hace a nadie más listo. Escuchar heavy, rap
o blues tampoco.
Lo que sí admiten los científicos es que "una persona rinde más si tiene un estímulo". O eso explicó hace unos días Jakob Pietschnig, director del informe vienés, a la agencia France Presse (AFP).Jakob Pietschnig, Martin Voracek y Anton K. Formann basan sus conclusiones en el análisis de unos 40 estudios independientes y unas cuantas tesis académicas que recopilan datos de unos 3.000 participantes. Ninguno prueba "el efecto Mozart", dicen. "Recomiendo a todo el mundo escuchar a Mozart, aunque eso no vaya a aumentar sus capacidades cognitivas, como algunos esperan", insistía Pietschnig.Los investigadores vieneses tampoco son los primeros en querer desmitificar el efecto de la música del compositor austríaco. De hecho, según la nota de prensa difundida por la Universidad para informar sobre el estudio, el efecto Mozart figura en sexto lugar entre los mitos descritos por el psicólogo Scott E. Lilienfeld en el libro 50 Great Myths of Popular Psychology (50 grandes mitos de la psicología popular).
Lo que sí admiten los científicos es que "una persona rinde más si tiene un estímulo". O eso explicó hace unos días Jakob Pietschnig, director del informe vienés, a la agencia France Presse (AFP).Jakob Pietschnig, Martin Voracek y Anton K. Formann basan sus conclusiones en el análisis de unos 40 estudios independientes y unas cuantas tesis académicas que recopilan datos de unos 3.000 participantes. Ninguno prueba "el efecto Mozart", dicen. "Recomiendo a todo el mundo escuchar a Mozart, aunque eso no vaya a aumentar sus capacidades cognitivas, como algunos esperan", insistía Pietschnig.Los investigadores vieneses tampoco son los primeros en querer desmitificar el efecto de la música del compositor austríaco. De hecho, según la nota de prensa difundida por la Universidad para informar sobre el estudio, el efecto Mozart figura en sexto lugar entre los mitos descritos por el psicólogo Scott E. Lilienfeld en el libro 50 Great Myths of Popular Psychology (50 grandes mitos de la psicología popular).
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